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Platero y yo, es una cautivadora obra en prosa que corona el logro del Premio Nobel de Literatura, del escritor Juan Ramón Jiménez, subtitulada, Elegía Andaluza. Es una reflexión de las experiencias de autor y Platero (de plata y oro), un pequeño burro al que el poeta confía sus pensamientos, sentimientos y observaciones acerca de la vida cotidiana en su aldea de Moguer, Andalucía, España, al inicio del siglo veinte.
Veintiocho de los cuentos en verso de Platero y yo, fueron puestos en música para la guitarra clásica en 1960, por el compositor estadounidense de origen italiano, Mario Castelnuevo-Tedesco. Poco tiempo después, Andrés Segovia grabo diez de las poéticas historias, sin narración alguna, puesto que en su mayoría las partituras suenan en si completas. Tanto la música como el texto, independientes el uno de la otra, son profundamente expresivas y emotivas, aun cuando juntas, constituyen una verdadera pieza musical maestra. Esta grabación presenta 13 selecciones de Platero y yo, interpretadas por Marisol Membrillo, como narrador y Frank Koonce, como guitarrista.
Juan Ramón Jiménez (1881-1958), nació en la ciudad andaluza de Moguer. Escribió más de veinticinco volúmenes de poesía, incluido Platero y yo (1907-1916) - la mejor conocida de sus obras en prosa. La Guerra Civil Española forzó a Jiménez y su esposa, Zenobia, a dejar su tierra natal en 1936. Luego de pasar algún tiempo en los Estados Unidos y Cuba, la pareja se afinco, finalmente, en Puerto Rico. Jiménez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1956, tres días antes de la muerte de su esposa. Descorazonado por su partida y encontrándose mal de salud, falleció el poeta dos años mas tarde.
La primera edición completa de Platero y yo apareció en 1917. Anteriormente, una edición abreviada de algunos versos se han publicado para los niños, para que Jiménez señala:
Suele creerse que yo escribí Platero y yo para los niños, que es un libro para niños. No. En 1913, La Lectura, que sabía que yo estaba con ese libro, me pidió que adelantase un conjunto de sus páginas más idílicas para su «Biblioteca Juventud». Entonces, alterando la idea momentáneamente, escribí este prologo:
ADVERTENCIA A LOS HOMBRES QUE
LEAN ESTE LIBRO PARA NIÑOS
Este breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba escrito para…¡qué sé yo para quien!... para quien escribimos los poetas líricos… Ahora que va a los niños, no le quito ni le pongo una coma. ¡Que bien!
«Dondequiera que haya niños» -dice Novalis- «existe una edad de oro». Pues por esa edad de oro, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan a su gusto, que su mejor deseo seria no tener que abandonarla nunca.
¡Isla de gracia, de frescura y de dicha, edad de oro de los niños: siempre te halle yo en mi vida, mar de duelo; y que tu brisa me de su lira, alta y, a veces, sin sentido, igual que el trino de la alondra en el sol blanco del amanecer! (EL POETA, Madrid, 1914)
Mario Castelnuovo-Tedesco (1895-1968) paso su juventud en Florencia, Italia, donde asistió al Real Conservatorio Cherubini de Música y se graduó como pianista y compositor. Durante la década de 1020, se dio a conocer ampliamente en Europa como concertista de piano y compositor. En 1936, debido al surgimiento del fascismo en Italia y las políticas anti semitas de Mussolini, emigro a los Estados Unidos, radicándose en California, luego de una estadía de dos años en Nueva York.
Como habilidoso y prolífico compositor, Castelnuovo Tedesco escribió en casi toda forma musical. Sus obras mas celebradas incluyen la opera La Mandrágora, oberturas para doce obras teatrales de Shakespeare (muchos de cuyos sonetos y poemas puso en música), y dos operas shakesperiana: the Merchant of Venice y All´s Well that ends Well. Escribió, asimismo, solos, conciertos y música de cámara para una variedad de instrumentos, mas de 200 canciones y mas de 300 partituras para la industria del cine: entre ellas, Gaslight, And Then There Were None, The Loves of Carmen, The Yearling, y The Mask of the Avenger.
Entre los alumnos de Castelnuovo Tedesco, figuran notables compositores tales como, André Previn, Henry Manzini y Jerry Goldsmith, además del guitarrista Ronald Purcell, quien, precisamente, nos ha proporcionado el siguiente testimonio personal:
Con un tremendo sentido de la historia, Mario Castelnuovo Tedesco, se alineo a las tradiciones orales, pintores famosos y piezas literarias maestras y creo modos musicales que evocan el contenido emocional de cualquier texto o trabajo artístico grafico. Su estilo composicional es tan heterogéneo que uno escucha en sus obras todos los estilos musicales que se hayan producido a través de las edades. Platero y yo es un excelente ejemplo de esta simbiótica relación entre el compositor y la trama tejida por Juan Ramón Jiménez. Las obras de Castelnuovo Tedesco son refrescantes, elocuentes y cantan la Canción de las Canciones y habrán de continuar deleitando a los públicos de futuras generaciones.
Veintiocho de los cuentos en verso de Platero y yo, fueron puestos en música para la guitarra clásica en 1960, por el compositor estadounidense de origen italiano, Mario Castelnuevo-Tedesco. Poco tiempo después, Andrés Segovia grabo diez de las poéticas historias, sin narración alguna, puesto que en su mayoría las partituras suenan en si completas. Tanto la música como el texto, independientes el uno de la otra, son profundamente expresivas y emotivas, aun cuando juntas, constituyen una verdadera pieza musical maestra. Esta grabación presenta 13 selecciones de Platero y yo, interpretadas por Marisol Membrillo, como narrador y Frank Koonce, como guitarrista.
Juan Ramón Jiménez (1881-1958), nació en la ciudad andaluza de Moguer. Escribió más de veinticinco volúmenes de poesía, incluido Platero y yo (1907-1916) - la mejor conocida de sus obras en prosa. La Guerra Civil Española forzó a Jiménez y su esposa, Zenobia, a dejar su tierra natal en 1936. Luego de pasar algún tiempo en los Estados Unidos y Cuba, la pareja se afinco, finalmente, en Puerto Rico. Jiménez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1956, tres días antes de la muerte de su esposa. Descorazonado por su partida y encontrándose mal de salud, falleció el poeta dos años mas tarde.
La primera edición completa de Platero y yo apareció en 1917. Anteriormente, una edición abreviada de algunos versos se han publicado para los niños, para que Jiménez señala:
Suele creerse que yo escribí Platero y yo para los niños, que es un libro para niños. No. En 1913, La Lectura, que sabía que yo estaba con ese libro, me pidió que adelantase un conjunto de sus páginas más idílicas para su «Biblioteca Juventud». Entonces, alterando la idea momentáneamente, escribí este prologo:
ADVERTENCIA A LOS HOMBRES QUE
LEAN ESTE LIBRO PARA NIÑOS
Este breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba escrito para…¡qué sé yo para quien!... para quien escribimos los poetas líricos… Ahora que va a los niños, no le quito ni le pongo una coma. ¡Que bien!
«Dondequiera que haya niños» -dice Novalis- «existe una edad de oro». Pues por esa edad de oro, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan a su gusto, que su mejor deseo seria no tener que abandonarla nunca.
¡Isla de gracia, de frescura y de dicha, edad de oro de los niños: siempre te halle yo en mi vida, mar de duelo; y que tu brisa me de su lira, alta y, a veces, sin sentido, igual que el trino de la alondra en el sol blanco del amanecer! (EL POETA, Madrid, 1914)
Mario Castelnuovo-Tedesco (1895-1968) paso su juventud en Florencia, Italia, donde asistió al Real Conservatorio Cherubini de Música y se graduó como pianista y compositor. Durante la década de 1020, se dio a conocer ampliamente en Europa como concertista de piano y compositor. En 1936, debido al surgimiento del fascismo en Italia y las políticas anti semitas de Mussolini, emigro a los Estados Unidos, radicándose en California, luego de una estadía de dos años en Nueva York.
Como habilidoso y prolífico compositor, Castelnuovo Tedesco escribió en casi toda forma musical. Sus obras mas celebradas incluyen la opera La Mandrágora, oberturas para doce obras teatrales de Shakespeare (muchos de cuyos sonetos y poemas puso en música), y dos operas shakesperiana: the Merchant of Venice y All´s Well that ends Well. Escribió, asimismo, solos, conciertos y música de cámara para una variedad de instrumentos, mas de 200 canciones y mas de 300 partituras para la industria del cine: entre ellas, Gaslight, And Then There Were None, The Loves of Carmen, The Yearling, y The Mask of the Avenger.
Entre los alumnos de Castelnuovo Tedesco, figuran notables compositores tales como, André Previn, Henry Manzini y Jerry Goldsmith, además del guitarrista Ronald Purcell, quien, precisamente, nos ha proporcionado el siguiente testimonio personal:
Con un tremendo sentido de la historia, Mario Castelnuovo Tedesco, se alineo a las tradiciones orales, pintores famosos y piezas literarias maestras y creo modos musicales que evocan el contenido emocional de cualquier texto o trabajo artístico grafico. Su estilo composicional es tan heterogéneo que uno escucha en sus obras todos los estilos musicales que se hayan producido a través de las edades. Platero y yo es un excelente ejemplo de esta simbiótica relación entre el compositor y la trama tejida por Juan Ramón Jiménez. Las obras de Castelnuovo Tedesco son refrescantes, elocuentes y cantan la Canción de las Canciones y habrán de continuar deleitando a los públicos de futuras generaciones.